martes, 4 de septiembre de 2012

Nota de Sentido G

La casa de Bernarda Alba Mientras la sociedad afinaba la vista para visibilizar mejor, mientras el Congreso rumiaba una ley, mientras todo esto empezaba a querer suceder, las chicas entendían el propio cuerpo como un documento, y lo leían, en escena, en carne viva. Cooperativa ArteTrans presenta su tercer puesta, La casa de Bernarda Alba. El cuerpo Trans puede tener tetas, pene, colores, pero sobretodo: tiene voz. El propio lugar. Cooperativa ArteTrans representa no sólo una oportunidad de capacitación y empleo, sino también la posibilidad de construir un registro sobre la historia del colectivo trans: visibilización en puño y letra de sus protagonistas. En su primera obra, “Hotel Golondrina”, llevan a las tablas la historia de las recién llegadas del Interior: como se les masacra el sueño y aprenden que Buenos Aires está hecha de pavimento y corazones duros (y pijas duras mal pagas). De forma paralela, con el Hotel Gondolin, que fue tomado y luego manejado por las chicas, este relato nace de testimonios y situaciones vividas por su Directora Daniela Ruiz. El cuerpo trava también tiene oídos, ojos y memoria. Luego se apropiaron del formato Stand-up para contar cómo se apropiaron de sus propios cuerpos. “Monólogos de las tetas con pene” fue un escupitajo facial a la hipocresía y silencios, pero no hacia fuera, sino hacia el propio ambiente. Palabras, folklore, los “tejes” y todo lo que usted quiso (o no) saber del código ‘travisteril’ eyaculado con ironía y humor. Quién quiera oír, que oiga (y quién no, también). Casa tomada. La tercera subida al escenario de la Cooperativa parece no hablar del mundo trans. Parece. Afuera, el pueblo en tertulia orgiástica, mientras en el interior de la casa, el luto y la ponzoña corroe las paredes y puertas selladas por el bastón de una madre tiránica. Afuera la risa, adentro la pena callada… ¿no hay en la carcajada travesti toda una máscara que oculta un llanto negro, un grito mudo? Esa casa como analogía de ellas mismas. “De chica juntaba monedas para pagarme las clases de teatro en el Club Independiente” (…) “Me fui porque un Psiquiatra me dijo que yo era un hombre” (…) “Es la primera vez que subo a un escenario” (…) “En el teatro de mi pueblo, hubo festejo y me invitaron” (…) “Siempre quise hacer drama” (…) “Me vieron en una escena, que hicimos en la muestra del Bachillerato ‘Mocha Cellis’ y me convocaron”. Las voces de las actrices, que fui abrazando en los ensayos, se cubrieron de tela negra, ropa de respeto al difunto padre, los nombres por ellas elegidos, ahora fueron reemplazados y se dejaron bautizar por García Lorca. El viernes 24 en el Teatro JxI se estrenó esta versión de La casa de Bernarda Alba. Nacer mujer es el peor castigo. Ni siquiera nuestros ojos nos pertenecen. Eso dicen las hijas, la madre ni se inmuta, la criada sufre por sus niñas y la dignidad de la casa. A cada minuto que pasa, la butaca se mete más en ese comedor, nos vamos hundiendo en las penas y traiciones del lecho familiar. Pasamos de ser espectadores a parte del mobiliario, que contempla todas las versiones de un secreto ya sabido. La verdad se les pudre en la boca. Y luego, somos la piel de cada una de ellas, nos volvemos odio, impotencia, falsedad, esperanza, lujuria, hipocresía. El favoritismo va pivoteando y el disparo, que inicia el final, impacta sobre ellas, sobre nosotros. Nos fusila. Angustias tiene una relación con Pepe “el Romano”. García Lorca concibió esta obra con ojos de principios de siglo XX, una sociedad tradicional violenta que castiga y relega a sus mujeres a un plano secundario. Encadenadas a la religión y el afán de mantener las apariencias, estas mujeres se ven personificadas en un 2012, que más que diferencias, encuentra parecidos. De lo legal a lo cotidiano. La Cooperativa ArteTrans se supera a sí misma, dándonos una obra, que recibe loas y críticas, no por ser un elenco trans, sino por ser un grupo de profesionales del teatro. Las leyes pueden brindar un marco, pero el contenido requiere acción. Alejadas del lugar de victimización, las integrantes exponen sus claroscuros, en los ensayos pude oírlas reales, siempre con la risa travisteril, que narra una pena. El Estado llegó con tardanza a brindarles una ley que es principio de muchos cambios que se deben articular, y acá las compañeras demuestran que más allá de esta es la propia voluntad la que propicia el cambio. ¡ACCIÓN! Si, acción. Dignidad. * La casa de Bernarda Alba Viernes – 21.30Hs. Multiespacio JxI Gascón 1474, Palermo – Tel.:3967-4540
Reservas: transaccionshow@gmail.com